Entrevistamos a un amigo, al señor matias orta,creador de los cortos michifus y familia, miembro de la
abadia de Carfax y escritor de obras como thom e i love lucky,nos
conto todo lo que queríamos saber y aun mas,aquí les dejo la primera parte de
esta espectacular entrevista
1. ¿Cuándo te diste cuenta que escribir era lo tuyo?
Desde chico inventaba cosas. Dibujaba y
escribía (es decir, hacía mamarrachos, jaja). Historietas, más que nada. Una,
de pocos cuadritos, terminó apareciendo en el diario que hacíamos en la
primaria, en un taller de periodismo. No era bueno dibujando, pero disfrutaba
haciéndolo. También creaba historias cuando jugaba mucho con mis juguetes. No
fue una buena época en lo personal. Era escaparme a un mundo aparte o volver
loco.
Lo que inventaba eran casi copias de lo que
veía por televisión. Solía dibujaba versiones más sangrientas de películas de
terror, ciencia-ficción y fantasía que veía por la tele. Usaba crayones, y
recuerdo que siempre se me partía el rojo de tanto darle. Así que nada muy
original lo mío. Pero bueno, así somos todos de chicos.
Considero mi primer cuento uno que escribí a
los 10 u 11 años, ahora no lo recuerdo. Era sobre un chico perseguido por un
muerto viviente en una casa abandonada, o algo así, jaja. Era onda Terminator:
el monstruo persigue a la víctima y parece no lo podes frenar con nada. Como
los intentos de historietas que venía dibujando. A los 11 escribí un cuento
sobre un chico que era molestado por un compañero de clase, pero molestado mal.
Hasta que el chico pierde la paciencia y lo mata de un palazo, para luego
enterrarlo en el jardín de la casa. Pero el compañero agresivo se levanta de la
tumba. Fue una de las primeras cosas con elementos autobiográficos, y con
expresiones de deseo muy oscuras. Me mudé hace poco y pude recuperar mucho de
lo que hacía en aquella época, pero nunca encontré ese cuento. Pero sin dudas,
quien se atreva a leer ese y el de la persecución en la casa notará que lo más
terrorífico es la ortografía y el nivel de redacción, jajaja.
Con los años, empecé a dibujar menos y a
escribir más. Pero no me gustaba lo que escribía. Sabía que los cuentos no
estaban buenos, pero no lograba precisar por qué. A los 15 años, a la salida de
la Feria del Libro, cayó en mis manos (nunca mejor utilizada esa frase hecha,
porque casi surgió de la nada) una revista llamada Neuromante. Me cabio:
contenía cuentos y notas de los géneros que me gustaban. En una de las últimas
páginas figuraba una propaganda de un taller literario, a cargo de un tal
Marcelo di Marco. Yo no sabía lo que era un taller literario, pero sospeché que
tenía relación con eso que estaba buscando para mejorar mis cuentos.
En ese tiempo vivía —y todavía vivo— en
Remedios de Escalada, y viajaba a Capital, con suerte, dos o tres veces al año.
Pero empecé a ir seguido a partir de aquel año. Frecuenté las reuniones de los
responsables de Neuromante y de otras revistas similares, en un bar de
Congreso. Era el Círculo Argentino de Ciencia-ficción y Fantasía. Fue como
ingresar a una dimensión paralela, más interesante que mi vida comunacha (ojo,
para ese entonces mi vida personal era bastante más tranquila que antes). Esa
gente veía las películas y leía los libros que yo había visto o leído o quería
ver y leer. En una de esas reuniones pregunté por Marcelo di Marco, y me
contaron cómo trabajaba.
Una o dos semanas después, como por un
impulso, dejé los apuntes de Biología (tenía examen al día siguiente, pero no
me importó) y llamé a Di Marco. Nunca había tenido contacto directo con un
escritor y no sabía bien cómo debía expresarme frente a uno. La idea que yo
tenía de un escritor era de un Borges: viejo, inaccesible, que hablaba usando
frases complicadas y citando a filósofos aburridos de siglo atrás. Muy
prejuicioso lo mío, ja. Resultó que Marcelo y yo compartíamos gustos literarios
y cinéfilos. Fui a su casa unos días después y pegamos onda. Era como el padre
que siempre había querido tener. Se convirtió en mi mentor y en un gran amigo y
confidente. Trabajamos varios cuentos y una novela: Ellos vendrán a
devorarte, todavía inédita. Fui al taller desde 1996 hasta 2003, pero
seguimos siendo grandes amigos y colegas y miembros de La Abadía de Carfax.
Siempre le estaré agradecido a Marcelo.
2. ¿Siempre recurrís a dosis de gore y violencia explicita en tus cuentos? ¿Quiénes fueron y son tus influencias literarias y cinéfilas en esta área?
Sí, es verdad que varios de mis textos contienen sangre y situaciones desagradables. Pero también escribí cuentos más basados en los climas y la tensión, sobre todo mediante los diálogos. Durante años escribí cuentos de ese estilo, que fueron distinguidos en concursos literarios. La carnicería salvaje era más común cuando era chico, y revivió ahora, aunque con una impronta más madura, espero. Muchas veces, determinadas vivencias y frustraciones despiertan en vos tu lado más peligroso y desagradable. Y lo más sano e inofensivo es canalizarlo a través de actividades artísticas. En todo artista hay un criminal en potencia. Bah, a veces parece que no alcanza, como a Charles Manson, jaja.
En cuanto a las influencias en el área de gore
y violencia, me críe viendo pelis de John
Carpenter, George A. Romero, David Cronenberg, Wes Craven. También Darío Argento, Sam Raimi, Stuart Gordon,
películas como El loco de la motosierra... Aunque por supuesto que vi
mucho de la Hammer y de la Amicus y otras pelis de los ’50 y ’60,
pesó más el terror de los ’70 y ’80. Actualmente, los mejores herederos de esa
movida son Alexandre Aja, Eli Roth y Rob
Zombie. Los franceses vienen haciendo pelis extremas, como Inside: la
venganza, La frontera del miedo y, sobre todo, Martyrs. Por
supuesto (y aquí caer en un lugar común), la película más aterradora que vi
nunca es El exorcista.
Fuera del terror (bueh, no tanto, jaja) me
impresionaron películas como La naranja mecánica, Saló y los 120
días de Sodoma, Réquiem para un sueño, las de Gaspar Noé... En los últimos años, mis textos más violentos tienen
su influencia por ahí (a veces, ni siquiera por ahí) que por el lado del terror
más clásico.
Pasando a la literatura, Edgar Allan Poe es ineludible. También Lovecraft. Richard Matheson es un genio. Y Stephen King, quien sigue siendo el referente en cuanto a
literatura fantástica de los últimos cuarenta años, más allá de que escribió
libros sin elementos fantásticos, que suelen superar a los otros, de por sí
maravillosos. No puedo dejar de nombrar a las antologías que publicaba Martínez Roca a fines de los ’80 y
comienzos de los ’90. Se la conocía como la serie Horror, y podías
encontrar cuentos de King (infaltables) y de autores como Robert Bloch, Ramsey Campbell, Thomas M. Disch. Indispensables.
Pero quien más me marcó de pendejo fue Clive
Barker. Es como un artista del Renacimiento: hizo teatro, pinta, escribe, y
dirigió películas, empezando por Hellraiser, otra de mis favoritas.
Aunque donde más se luce es en su faceta literaria. Su colección de cuentos Libros
sangrientos es de lo más sorprendente, perturbador, atrevido e imaginativo
que leí nunca. Un cuento mejor que el otro. También conseguí sus novelas, cuasi
inconseguibles en este país. Barker
fue una influencia decisiva cuando escribí Ellos vendrán a devorarte.
En los últimos años, descubrí a autores como Alex Garland, Chuck Palahniuk... y
también escritores argentinos muy grossos: Carlos
Chernov, Rafael Pinedo, Gustavo Nielsen (que hace poco ganó el Premio
Clarín de Novela) y Leonardo Oyola.
Son autores que incursionan en el género fantástico, pero con una mirada muy
personal. Me gusta en particular cómo Oyola combina elementos policiales con
cultura pop.
3. ¿Cómo se te ocurrió filmar MICHIFUS?
Michifus fue un proyecto para el Cievyc, donde estudié cine. En 2003, a principios del segundo año de carrera, nos dieron a cada alumno 30 metros de fílmico, blanco y negro, para hacer un corto. Con esa cantidad de metro, no podíamos hacer algo que durara poco más de dos o tres minutos. Entonces me puse a pensar ideas y, como justo estaba preparando un proyecto creativo con asesinatos, se me ocurrió la idea para el corto. Era una idea simple, fácil de hacer y muy poderosa... y graciosa. Porque es muy truculento lo que sucede en el corto, pero también gracioso (¿?).
Michifus fue un proyecto para el Cievyc, donde estudié cine. En 2003, a principios del segundo año de carrera, nos dieron a cada alumno 30 metros de fílmico, blanco y negro, para hacer un corto. Con esa cantidad de metro, no podíamos hacer algo que durara poco más de dos o tres minutos. Entonces me puse a pensar ideas y, como justo estaba preparando un proyecto creativo con asesinatos, se me ocurrió la idea para el corto. Era una idea simple, fácil de hacer y muy poderosa... y graciosa. Porque es muy truculento lo que sucede en el corto, pero también gracioso (¿?).
Lo escribí para que lo protagonizara un chico.
No sabía quién, pero lo encontraría. Pero le conté a Pamela, mi hermana, y dijo
que sería más tenebroso si era una nena la que actuaba. Como ella tenía 12 años
y aún no había pegado el salto hormonal, decidí elegirla como actriz. Hicimos
una prueba en el Cievyc, delante de
mis compañeros, y todos quedaron impresionados. Quedaba genial Pamela.
El gatito también iba a ser otro, pero entre
una cosa y otra debí recurrir a María Celeste, la mascota de una amiga. Tenía
mis dudas, porque era un animal bastante viejito y arisco, y caminaba mal: de
chiquita cayó al revés que los gatos normales, jaja, y se jodió la columna.
Pero cumplió, por suerte, jaja.
Filmamos el corto el domingo 31 de agosto, y
no hubo demasiadas complicaciones. Todo salió como estaba planeado, salvo por
un detalle: originalmente el gatito debía beber leche del plato, pero no quería
hacerlo. Así que optamos por la carne picada, que había comprado el día
anterior por si acaso. Y eso sí comió, por fin. Como filmamos en 16mm, no había
margen para el error. Las cosas salieron bien durante el rodaje, aunque hasta
que no fui a Cinecolor y vi el material revelado nadie estaba muy seguro de
cómo se vería. Los cortos que habían filmado mis compañeros tuvieron problemas
de distinta índole, sobre todo técnicos. Por suerte, la imagen se veía de diez.
El corto fue presentado en sociedad en una
muestra del Cievyc, en la sala 1 del
cine Lorca. Los alumnos llevaron a sus familiares y amigos, pero yo fui solo.
Sabía que Michifus estaba bien y quería verlo en pantalla grande, pero
no tenía expectativas de nada. Pero a los presentes les encantó y fue uno de
los cortos más votados. Fue como un presagio de lo que pasó después: fue
semifinalista en el III Festival Crepusculum de Cine Fantástico; fue proyectado en el Buenos
Aires Rojo Sangre; estuvo en Uncipar,
donde lo pasaron tres veces a pedido del público... Hasta en el Malba lo
proyectaron, en el Festival del FEISAL de 2005. Ver el corto en el Malba, donde
uno va a ver clásicos del cine mundial, fue el colmo de la gloria. La respuesta
del público no fue tan efusiva como en Uncipar, pero era el Malba y eso me
emocionó.
Michifus integró la programación del Puerto
Rico Horror Film Fest. Y todavía lo siguen difundiendo por la web y lo
proyectan en bares culturales y fiestas. Todavía no puedo creer las alegrías
que me dio ese corto. Bastante bien para ser algo en lo que ocurre determinada
situación (no contemos cuál, jaja) y punto. Aún hoy muchos lo consideran mi
mejor carta de presentación.
4. ¿Tenés pensado algún otro corto?
Después de Michifus hice otros cortos, de los que sólo rescato Familia, que es similar, pero mejor en varios aspectos. Pero, como suele pasar, aprendí más de los otros que no salieron tan bien.
Después de Michifus hice otros cortos, de los que sólo rescato Familia, que es similar, pero mejor en varios aspectos. Pero, como suele pasar, aprendí más de los otros que no salieron tan bien.
Y tengo pensando
otro corto. Pero mejor no anunciarlo más porque lo vengo posponiendo desde hace
años, jaja. Hay ideas para cortos. Pronto estaré filmando algo. Siempre me digo
que debería haber filmado más, en vez de escribir tantas críticas (que hago con
gusto). Pero todavía soy joven, así que me queda mucho por hacer.
5. ¿Qué es LA ABADIA DE CARFAX? ¿Cómo
surgió?
La Abadía de Carfax, círculo de escritores de horror y fantasía surgió a principios de 2005. Marcelo di Marco se dio cuenta de que varios de los integrantes de su taller literario tenían un gusto muy marcado por la literatura de temática extraña y terrorífica. Así que creó este hermoso grupo. Mis compañeros carfaxeanos son excelentes como personas y como escritores. Aprendo mucho de ellos y con ellos. Un privilegio compartir momentos junto a amigos así. Lo genial es que todos tenemos inclinaciones distintas dentro del género fantástico: a uno le tira más la onda Lovecraft, a otro el terror psicológico... y así nos complementamos.
La Abadía de Carfax, círculo de escritores de horror y fantasía surgió a principios de 2005. Marcelo di Marco se dio cuenta de que varios de los integrantes de su taller literario tenían un gusto muy marcado por la literatura de temática extraña y terrorífica. Así que creó este hermoso grupo. Mis compañeros carfaxeanos son excelentes como personas y como escritores. Aprendo mucho de ellos y con ellos. Un privilegio compartir momentos junto a amigos así. Lo genial es que todos tenemos inclinaciones distintas dentro del género fantástico: a uno le tira más la onda Lovecraft, a otro el terror psicológico... y así nos complementamos.
Ya publicamos dos
antologías, editadas por Elaleph.com: Cuentos de la Abadía
de Carfax y Cuentos de la Abadía de Carfax 2. Se consiguen en las cadenas de librerías Cúspide y Paidós, y en www.elaleph.com. Y ya está en preparación la
tercera parte. ¡Hay Carfax para rato!
6. En THOM e I LOVE LUCKY sobresale tu
conocimiento sobre música, cine y redes sociales. ¿Cómo nació tu pasión por
estas tres cosas?
Empecé a ver películas por televisión, no tanto por cine. No vengo de una familia de artistas ni de gente muy culta. De niño, muchas cosas las fui descubriendo por mi cuenta. Veía mucha tele, pero de todo: desde Flavia Palmiero hasta Hugo Guerrero Marthineitz, pasando por las telenovelas de Verónica Castro. (Y, en esa época no tenía cable, jaja). Mirar tele era otra vía de escape. Pero mi programación favorita eran las películas: sábados de superacción y otros ciclos de pelis con monstruos, platos voladores, asesinos enmascarados y esas cosas que me gustaban. De chico me llevaban poco al cine, y para ver las típicas películas para chicos: las de García Ferré, Las aventuras de Chatrán... Después compraron la videocasetera y ahí sí pude elegir. Como siempre tuve buena memoria, me aprendía rápido nombres de películas, directores, actores, lo que fuera. A los 11 años casi entro a hablar de películas de terror en un programa de Lomas de Zamora, pero al final no se dio. Ahora que lo pienso, mejor así, jaja, porque era un ignorante. Todavía sigo aprendiendo y nunca dejaré de hacerlo.
Empecé a ver películas por televisión, no tanto por cine. No vengo de una familia de artistas ni de gente muy culta. De niño, muchas cosas las fui descubriendo por mi cuenta. Veía mucha tele, pero de todo: desde Flavia Palmiero hasta Hugo Guerrero Marthineitz, pasando por las telenovelas de Verónica Castro. (Y, en esa época no tenía cable, jaja). Mirar tele era otra vía de escape. Pero mi programación favorita eran las películas: sábados de superacción y otros ciclos de pelis con monstruos, platos voladores, asesinos enmascarados y esas cosas que me gustaban. De chico me llevaban poco al cine, y para ver las típicas películas para chicos: las de García Ferré, Las aventuras de Chatrán... Después compraron la videocasetera y ahí sí pude elegir. Como siempre tuve buena memoria, me aprendía rápido nombres de películas, directores, actores, lo que fuera. A los 11 años casi entro a hablar de películas de terror en un programa de Lomas de Zamora, pero al final no se dio. Ahora que lo pienso, mejor así, jaja, porque era un ignorante. Todavía sigo aprendiendo y nunca dejaré de hacerlo.
Como casi todo el
mundo, crecí con música. Tengo muy presente la de los ’80 y los ’90 porque
crecí en esas décadas. Pero también de chico fui descubriendo al rock de los
’50, a Los Beatles, el heavy metal. Nunca pertenecí a ninguna tribu urbana,
pero en la adolescencia a escuchar hard rock y heavy metal: Iron Maiden, Black
Sabbat, Judas Priest. Metal de todas las épocas. Todavía me sigue cayendo bien
el heavy, pero escucho de todo. Desde glam rock de los ’70 —Bowie, T-Rex, Roxy
Music—, punk rock —Ramones, The Clash—, new wave, electropop, bossa nova, de todo. Hasta admito que la cumbia y el reggaeton son
indispensables para cualquier fiesta.
No me considero
un apasionado de las redes sociales, aunque por momentos pareciera que sí,
jaja. Empecé a usar Facebook en mayo de 2008 y de a poco le fui encontrando sus
cosas positivas. Sirve para fortalecer relaciones y para conocer gente con
gustos como los míos. Por supuesto, en los primeros días, fui uno de los
incautos de pensar que el famoso de turno con el que me encontraba era el
verdadero, no un impostor, jaja. A Twitter llegué a fines de 2009, pero empecé
a usarlo seguido a mediados del año pasado. Hay gente que prefiere Twitter por sobre
Facebook y viceversa. Muchos twitteros dicen que Facebook es careta, y los
Facebookeros sostienen que Twitter es frío y tonto. En mi opinión, son dos
buenísimos espacios para conocer gente, consolidar relaciones, difundir tus
emprendimientos... y, muchas veces, caer en el boludeo más gratuito, jaja.
Claro que depende de cada quién. Muchos creamos (me incluyo) en las redes
sociales una versión ideal de nosotros mismos. De hecho, la mayoría no ponemos
nuestras caras en el avatar. Hay personas que son súper ácidas, pero en la vida
real son tiernas como gatitos... o al revés. Quién sabe cuántos asesinos
seriales hay por allí. (Uy, ya los puse paranoicos, jajaja). Hablando en serio,
no juzgo si la gente proyecta otra imagen. Por mí está bien. Todos proyectamos
determinada imagen ya en la vida real. Uh, creo que me estoy yendo por las
ramas, jaja.
También tengo
cuenta en MySpace y en Sonico, pero nunca las uso. Sí le presto atención a
LinkedIn.
En definitiva,
cada red social tiene lo suyo y está en uno saber explotarla.
7. ¿Quiénes integran A SALA LLENA?
Actualmente, los responsables máximos del site somos José Luis De Lorenzo, Tomás Luzzani, Rodolfo Weisskirch y un servidor. Quisiera mencionar también a Florencia Gasparini Rey, que estuvo en los primeros tiempos.
Actualmente, los responsables máximos del site somos José Luis De Lorenzo, Tomás Luzzani, Rodolfo Weisskirch y un servidor. Quisiera mencionar también a Florencia Gasparini Rey, que estuvo en los primeros tiempos.
Y tenemos cerca de veinte colaboradores, todos
muy buenos.
8. ¿Cómo surgió la idea de esta web? ¿Cómo
mantienen la calidad y el ritmo de las publicaciones con el correr del tiempo?
José y yo escribíamos contenidos para el sitio de Chak Films, productora de Seba De Caro. En 2008 José me comentó la idea de una página web sobre cien, en la línea de Otros Cines, pero con más puntos de vista sobre una misma película, incluso si esa peli nos gustaba a todos. Recién en enero de 2009 no juntamos José, Flor y yo, y le dimos forma a lo que luego se conoció como A Sala Llena. Debido a lo carísimo que salía armar un sitio como el que queríamos, decidí armarla yo. No tenía tantos conocimientos sobre el tema y tampoco mucho tiempo, pero lo hice. Me la jugué. Y quedó la página que ves ahora: un ejemplo de lo que NO debería ser una página web. De hecho, pronto habrá un rediseño. Pero sirvió para empezar. Los contenidos superan la parquedad del diseño. Y no paramos de crecer. Hacemos críticas de los estrenos semanales; entrevistamos a personalidades del cine y del teatro, de Argentina y del exterior; cubrimos festivales y eventos... Eso se debe a que hacemos las cosas lo mejor posible, y me atrevo a decir que en varios aspectos somos más profesionales que unos cuantos veteranos del medio. Para empezar, no nos dormimos en las privadas, jajaja.
José y yo escribíamos contenidos para el sitio de Chak Films, productora de Seba De Caro. En 2008 José me comentó la idea de una página web sobre cien, en la línea de Otros Cines, pero con más puntos de vista sobre una misma película, incluso si esa peli nos gustaba a todos. Recién en enero de 2009 no juntamos José, Flor y yo, y le dimos forma a lo que luego se conoció como A Sala Llena. Debido a lo carísimo que salía armar un sitio como el que queríamos, decidí armarla yo. No tenía tantos conocimientos sobre el tema y tampoco mucho tiempo, pero lo hice. Me la jugué. Y quedó la página que ves ahora: un ejemplo de lo que NO debería ser una página web. De hecho, pronto habrá un rediseño. Pero sirvió para empezar. Los contenidos superan la parquedad del diseño. Y no paramos de crecer. Hacemos críticas de los estrenos semanales; entrevistamos a personalidades del cine y del teatro, de Argentina y del exterior; cubrimos festivales y eventos... Eso se debe a que hacemos las cosas lo mejor posible, y me atrevo a decir que en varios aspectos somos más profesionales que unos cuantos veteranos del medio. Para empezar, no nos dormimos en las privadas, jajaja.
Segunda parte de
esta increíble entrevista con el capo total de Matías Orta.
9. Te une una gran amistad con SEBAS DE
CARO, de ahí que participaste en su film RECORTADAS. ¿Qué nos podes contar de
esta experiencia cinematográfica?
Seba es cinéfilo, melómano, futbolero, un diccionario viviente de la cultura pop. Pero sobre todo, es un gran tipo, muy generoso. Le estaré siempre muy agradecido por la oportunidad.
Seba es cinéfilo, melómano, futbolero, un diccionario viviente de la cultura pop. Pero sobre todo, es un gran tipo, muy generoso. Le estaré siempre muy agradecido por la oportunidad.
Hacer Recortadas fue una
experiencia como las que tuve pocas. Nunca había estado involucrado en largo,
pese a mis ganas de siempre. Seba formó un equipo técnico y artístico
buenísimo. Muy laburadores y muy buena gente. Un placer compartir momentos con
aquel grupo. Y eso que pasamos por situaciones extrañas, como tener que filmar
en medio del campo, en medio de la madrugada, durante la época de la quema de
pastizales, a principios de 2008. Humareda por doquier. Pero estuvo muy bueno.
Seba la tiene clara a la hora de elegir y dirigir actores. Y sabe filmar. Había
hecho otras películas antes de Recortadas, así que está muy curtido.
Yo era —y sigo siendo— el
blogger de la película. El contenido consiste en entrevistas al equipo,
crónicas de las jornadas de rodaje y otras cosas de ese estilo. Y hasta me tocó
actuar como un enfermo que chatea con una de las protagonistas, jajaja. Muy
graciosa esa parte, jajaja.
Recortadas pasó
por festivales de cine, ganó premios y fue editada en DVD por VideoFlims. Pero
lo mejor de todo fue la experiencia de haberla filmado.
10. Hablando de Sebas, ¿nunca pensaron
llevar una de tus historias al cine? ¿O al menos en un corto?
Nunca hablamos al respecto. No es mala idea. Quién te dice, jaja.
Nunca hablamos al respecto. No es mala idea. Quién te dice, jaja.
11. Trabajaste en la radio (EL GATO DE LAS
NUEVE COLAS, en Nacional Rock). ¿Cómo fue la experiencia? ¿Te gustaría tener tu
propio programa?
Desde hace años me interesaba participar en radio, pero no había tenido oportunidad. Todo cambió el año pasado. Surgieron varias oportunidades al mismo tiempo. Primero fui invitado a hablar de cine en el programa de unas chicas que estudian en ISEC. Hablé sobre Volver al futuro y, otro día, sobre Tiburón. Luego se dio la columna de cine en El Fin del Finde, programa de radio que va los domingos de 6 a 8 de la mañana, por FM Nacional Rock. Claro que, como participamos quienes hacemos A Sala Llena, nos turnamos para hablar sobre una peli a elección de cada uno. Así que ahí participo cada mes y medio, más o menos. Casi al mismo tiempo surgió lo de El Gato de las Nueve Colas, también por Nacional Rock, pero de lunes a jueves de 22 a 00 hs. A mí me tocaba hablar los miércoles, sobre tres películas de determinada temática: películas para enamorarte, películas para descargar la furia, etc. El programa era conducido por Sebastián Rotstein, a quien conocía por Recortadas (él la co-escribió), incluso de antes. Un tipazo, Mr. R, también muy generoso. Se arriesgó al darme la oportunidad, pese a mi casi nula experiencia. Fue espectacular lo que viví en El Gato... Sobraba la buena onda. Si bien mi participación era telefónica (vivo en el Sur del GBA, y la radio está en el Centro), pude ir algunas veces a la radio. El 90% de las veces se notaba que yo era nuevo en el medio radial, pero R y su equipo me daban mucha confianza. Lástima que el programa no se siga haciendo este año. Ya lo extraño.
Desde hace años me interesaba participar en radio, pero no había tenido oportunidad. Todo cambió el año pasado. Surgieron varias oportunidades al mismo tiempo. Primero fui invitado a hablar de cine en el programa de unas chicas que estudian en ISEC. Hablé sobre Volver al futuro y, otro día, sobre Tiburón. Luego se dio la columna de cine en El Fin del Finde, programa de radio que va los domingos de 6 a 8 de la mañana, por FM Nacional Rock. Claro que, como participamos quienes hacemos A Sala Llena, nos turnamos para hablar sobre una peli a elección de cada uno. Así que ahí participo cada mes y medio, más o menos. Casi al mismo tiempo surgió lo de El Gato de las Nueve Colas, también por Nacional Rock, pero de lunes a jueves de 22 a 00 hs. A mí me tocaba hablar los miércoles, sobre tres películas de determinada temática: películas para enamorarte, películas para descargar la furia, etc. El programa era conducido por Sebastián Rotstein, a quien conocía por Recortadas (él la co-escribió), incluso de antes. Un tipazo, Mr. R, también muy generoso. Se arriesgó al darme la oportunidad, pese a mi casi nula experiencia. Fue espectacular lo que viví en El Gato... Sobraba la buena onda. Si bien mi participación era telefónica (vivo en el Sur del GBA, y la radio está en el Centro), pude ir algunas veces a la radio. El 90% de las veces se notaba que yo era nuevo en el medio radial, pero R y su equipo me daban mucha confianza. Lástima que el programa no se siga haciendo este año. Ya lo extraño.
A la par, con mis
colegas se A Sala
Llena empezamos A Sala Llena Online Radio, que se puede escuchar en la página web de Radiofona. Hablamos de los estrenos de la semana y de temas
como la tecnología 3D. Yo no pude participar muy activamente, debido a temas
personales (mudanza, bah). Pero volveré.
12. Escribís en la revista de cine más
popular del país (LA COSA), ¿cómo fue pasar de ser lector a ser parte de la
misma?
Conocí La Cosa en 1996, casi cuando empezaba. Es más: Marcelo di Marco era Secretario de Redacción de la revista durante ese tiempo. Marcelo me regaló un número de La Cosa y fue como amor a primera vista (sí, tremendo lugar común, jaja). Yo ya conocía Fangoria, la edición española, pero La Cosa era mejor. Para empezar, era argentina y entendía todos los chistes, jajaja. Estuvo bueno enterarme de que los responsables eran Axel Kuschevatzky (a quien tenía de la televisión) y a Guillermo Hernández, crítico de cine de Cuál Es, el programa de radio conducido por Mario Pergolini. Y mirá qué chico es el mundo: Marcelo y Guillermo fueron compañeros de trabajo en una mensajería, y Nomi, la esposa de Marcelo, fue profesora de secundaria de Axel. Según Marcelo, fue él quien los presentó. Enorme dupla.
Conocí La Cosa en 1996, casi cuando empezaba. Es más: Marcelo di Marco era Secretario de Redacción de la revista durante ese tiempo. Marcelo me regaló un número de La Cosa y fue como amor a primera vista (sí, tremendo lugar común, jaja). Yo ya conocía Fangoria, la edición española, pero La Cosa era mejor. Para empezar, era argentina y entendía todos los chistes, jajaja. Estuvo bueno enterarme de que los responsables eran Axel Kuschevatzky (a quien tenía de la televisión) y a Guillermo Hernández, crítico de cine de Cuál Es, el programa de radio conducido por Mario Pergolini. Y mirá qué chico es el mundo: Marcelo y Guillermo fueron compañeros de trabajo en una mensajería, y Nomi, la esposa de Marcelo, fue profesora de secundaria de Axel. Según Marcelo, fue él quien los presentó. Enorme dupla.
Mi primer intento
por escribir en la revista fue a los 17 o 18 años, no recuerdo bien. Mandé unas
reviews, pero no pasó nada. Pensé lo mismo que con el programa de Lomas: “Mejor
así”. Me faltaba aprender mucho todavía.
Empecé a escribir
sobre cine y libros en 2003. Comencé en las revistas virtuales FIN y Axolotl, comandadas por
compañeros de Carfax. Luego debuté en papel escribiendo para Haciendo Cine, y en 2006 volví a intentarlo en La Cosa. Y lo
logré. Como todo el mundo, empecé con las reviews y enseguida pude escribir
notas.
Me gusta
participar en La Cosa. Otro excelente grupo humano, tanto los editores como los
colegas colaboradores. Yo no veo mucho ni a Axel ni a Guillermo, pero son muy
buena gente, no son caretas y te dicen las cosas claras desde el vamos, algo
que no sucede en otras revistas de cine.
13. La pregunta obligada: ¿Qué pelis te
influenciaron a lo largo de tu vida?
Uff, un montón, jaja. Gran parte figuran en la respuesta a la pregunta número 2. Pero no sólo terror hay en mi vida. Me gustan los musicales, las comedias románticas... Veo todos los géneros. Me interesa ver historias bien contadas, no extravagancias vanguardistas (aunque algunas tienen lo suyo estéticamente). Entre mis películas favoritas están Qué bello es vivir, La naranja mecánica, A la hora señalada, El ciudadano... Algunos de mis directores favoritos: Hitchcock, Carpenter, Cronenberg, John Ford, Howard Hawks, Billy Wilder, Leonardo Favio, José Martínez Suárez, Steven Spielberg, Martin Scorsese; Darío Argento, Sydney Lumet y Francis Ford Coppola en sus mejores épocas; George A. Romero, Brian De Palma, Robert Zemeckis, Tim Burton, Peter Jackson, Sam Raimi, Kathryn Bigelow, Frank Darabont, Spike Lee, David Fincher, Paul Greengrass, Christopher Nolan, Zack Snyder, Danny Boyle, Juan José Campanella, Alfonso Cuarón, Guillermo del Toro, Alex de la Iglesia, Fabián Bielinsky... Y podría seguir, jaja.
Uff, un montón, jaja. Gran parte figuran en la respuesta a la pregunta número 2. Pero no sólo terror hay en mi vida. Me gustan los musicales, las comedias románticas... Veo todos los géneros. Me interesa ver historias bien contadas, no extravagancias vanguardistas (aunque algunas tienen lo suyo estéticamente). Entre mis películas favoritas están Qué bello es vivir, La naranja mecánica, A la hora señalada, El ciudadano... Algunos de mis directores favoritos: Hitchcock, Carpenter, Cronenberg, John Ford, Howard Hawks, Billy Wilder, Leonardo Favio, José Martínez Suárez, Steven Spielberg, Martin Scorsese; Darío Argento, Sydney Lumet y Francis Ford Coppola en sus mejores épocas; George A. Romero, Brian De Palma, Robert Zemeckis, Tim Burton, Peter Jackson, Sam Raimi, Kathryn Bigelow, Frank Darabont, Spike Lee, David Fincher, Paul Greengrass, Christopher Nolan, Zack Snyder, Danny Boyle, Juan José Campanella, Alfonso Cuarón, Guillermo del Toro, Alex de la Iglesia, Fabián Bielinsky... Y podría seguir, jaja.
Y me detengo en
Carpenter. Dentro de poco (esperemos que este año, sí o sí) saldrá a la venta
mi libro Encerrados toda la noche: el cine de John
Carpenter. Fue un laburo
soñado. Carpenter se merecía un libro de mi parte. Además, es uno de los pocos
libros en castellano sobre este artista. Lo publicará la novísima editorial
Cuarto Menguante. En breve, más novedades.
14. Hiciste animación en el corto FAMILIA,
¿harías algo más en este formato? ¿THOM?
Nunca consideré a Familia como de animación, pero en cierto modo lo es, porque está hecho con dibujos y montaje.
Nunca consideré a Familia como de animación, pero en cierto modo lo es, porque está hecho con dibujos y montaje.
Haría algo mucho mejor, con un trabajo de
animación mucho más serio y ambicioso. Sé que se necesita tiempo y paciencia
para hacerlo. El tiempo es el problema. Pero tarde o temprano haré algo de
animación.
15. Véndele a quienes aun no leyeron (lo mal
que hacen) I LOVE LUCKY y THOM.
Lucky nació en 2003, aunque no se lo conocía con ese apodo. Ese año empecé a escribir una novela que terminé en 2008, pero entre reescrituras y correcciones está lista desde 2010. La idea del libro surgió del capricho y la arrogancia. De chico leí American Psycho, de Bret Easton Ellis. Tiempo después vi la película, protagonizada por Christian Bale. Me había enamorado del concepto, pero no me convencía cómo encararon el asunto. Y pensé: “Yo puedo hacerlo mejor que Ellis y que Mary Harron. Voy a agarrar esas mismas herramientas que ellos usaron para construir una mansión y construiré un palacio”. ¡Sí, un demente total! Así que puse manos a la obra. La novela cuenta las andanzas de Lucky, un asesino serial adolescente en la Argentina de los ’90. Pero no un freak sumiso, sino un muchacho carismático, inteligente, astuto, parecido físicamente a Leonardo DiCaprio. Un galán recio al que parece no faltarle ni dinero ni chicas ni amigo, pero siempre busca más. Pero mejor no seguir contando detalles, jaja. Es una sátira de la Argentina menemista, de esa ilusoria burbuja primermundista en la que vivíamos unos cuantos. Salvo Las viudas de los jueves, de Claudia Piñeiro, ningún libro se preocupó tanto en contar cómo fueron las cosas en esa época.
Lucky nació en 2003, aunque no se lo conocía con ese apodo. Ese año empecé a escribir una novela que terminé en 2008, pero entre reescrituras y correcciones está lista desde 2010. La idea del libro surgió del capricho y la arrogancia. De chico leí American Psycho, de Bret Easton Ellis. Tiempo después vi la película, protagonizada por Christian Bale. Me había enamorado del concepto, pero no me convencía cómo encararon el asunto. Y pensé: “Yo puedo hacerlo mejor que Ellis y que Mary Harron. Voy a agarrar esas mismas herramientas que ellos usaron para construir una mansión y construiré un palacio”. ¡Sí, un demente total! Así que puse manos a la obra. La novela cuenta las andanzas de Lucky, un asesino serial adolescente en la Argentina de los ’90. Pero no un freak sumiso, sino un muchacho carismático, inteligente, astuto, parecido físicamente a Leonardo DiCaprio. Un galán recio al que parece no faltarle ni dinero ni chicas ni amigo, pero siempre busca más. Pero mejor no seguir contando detalles, jaja. Es una sátira de la Argentina menemista, de esa ilusoria burbuja primermundista en la que vivíamos unos cuantos. Salvo Las viudas de los jueves, de Claudia Piñeiro, ningún libro se preocupó tanto en contar cómo fueron las cosas en esa época.
Como la novela
todavía no será publicada y tenía ganas de mostrar al menos al personaje,
decidí escribir cuentos con Lucky en su vida adulta. Tenía muchas ganas de
mostrar al personaje a los veintipico, en el mundo actual, en la era de los
celulares y las redes sociales. Quería mostrar cómo ciertas cosas nunca
cambian, y tienden a empeorar. Seguro haya otra novela en el futuro, pero por
ahora, cuentos que irán apareciendo en I Love Lucky, un blog que armé especialmente. Ya
publiqué el primero cuento: “Marky Mark”.
Thom es distinto. Nació a mediados del año pasado, como una idea para un
proyecto de animación, pero a futuro. Una historia con corazoncitos que se
comportan como nosotros, en un mundo donde todos se enamoran y las parejas son
correspondidas. Salvo para Thom, quien, harto delos reveses sentimentales,
explota y comete atrocidades. Distintas circunstancias del año y medio anterior
(tal vez de más atrás) me obligaron a dejar de lado otros proyectos para
dedicar mis ratos libres a concretar Thom, pero en forma de cuento. Era escribir o
romperle la cabeza a alguien. Así que armé un blog y publiqué una historia en
tres partes. Me sorprendió la aceptación que tuvo. Igual, sabía que a la gente
no le costaría identificarse con Thom: muchos padecimos reveces en el aspecto
sentimental.
En cambio, sé que
identificarse con Lucky puedo ser más complicado. Pero bueno, todos tenemos un
lado oscuro y perverso que necesitamos canalizar. Lucky es como James Bond:
aunque a veces nos cueste admitirlo, todos queremos ser como él. Además, ¿a
quién no le gustaría violar, matar y torturar sin sentir remordimientos? Por lo
menos, una vez en la vida estuvimos por caer bien bajo.
16. ¿Cómo paso MICHIFUS de ser un corto a
un blog y luego a una página de música ochentosa?
¿Página de música ochentosa? ¡Jajajaja! Sí, hay algo de eso. Más que nada, en la página de Facebook del blog. Ahí inventé la sección OCHENTOSO MIL POR MIL.
¿Página de música ochentosa? ¡Jajajaja! Sí, hay algo de eso. Más que nada, en la página de Facebook del blog. Ahí inventé la sección OCHENTOSO MIL POR MIL.
Armé el blog a fines de 2006, para subir el
corto y datos de cómo fue realizado y la repercusión en festivales y notas de
prensa. Igual, desde el vamos aclaré que también serviría como blog personal,
donde subiría comentarios de películas, de libros, de fútbol, de lo que fuera.
Así que subo textos, fotos y videos de esas temáticas y de otras también, y
propagandas de mis emprendimientos. Durante 2008 y partes de 2009 es cuando más
bola le di. La frecuencia de los post decayó cuando me dediqué más a A Sala Llena, pero todavía subo
material. Es uno de mis pocos espacios personales y voy a conservarlo.
17. ¿Nos podes adelantar cómo sigue I LOVE
LUCKY y THOM?
Dentro de poco publicaré el segundo cuento sobre Lucky, titulado “English method”. Será mucho mejor que “Marky Mark”, que sirve más que nada para presentar al personaje.
Dentro de poco publicaré el segundo cuento sobre Lucky, titulado “English method”. Será mucho mejor que “Marky Mark”, que sirve más que nada para presentar al personaje.
También habrá más
de Thom. Se llamara “Traición” y será diferente a la primera historia.
Diferente, pero no menos violenta.
Además, habrá más
creaciones en el futuro, si Dios quiere. Todavía tengo que dar muchísimo más.
Siento que estoy demasiado estático, aunque me esté moviendo. Pero sigo
haciendo. Sigo remando como puedo. Esto sonará exagerado, pero si no me
expresara creativamente, sería un peligro para mí mismo y para la sociedad.
18. Hablando de I LOVE LUCKY, ¿está algo
inspirado en tu amigo LUCAS ALBARN?
¡JAJAJAJAJAJA!
Contacto:
ortamatias@gmail.com
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twitter.com/matiasorta
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