Esta pagina me dio muchas alegrias y una de ellas fue poder hablar con... el gran IGNACIO HUANG,el actor taiwanes(pero que todos llamamos chino) que empezo en FILMATRON y estuvo en HERMANOS Y DETECTIVES y UN CUENTO CHINO con Ricardo Darin.Disfruten de esta entrevista tanto como yo.
1. Primero
y principal, ¿cómo es que te digan “chino” habiendo nacido en Taiwán?
Los taiwaneses racialmente son chinos. Taiwán
hace 100 años que se separó de China, la
separación es a nivel geográfico (Taiwán es una isla) y a nivel político (China
es comunista y Taiwán es republicana), pero tanto los chinos como los
taiwaneses comparten la misma raíz, el idioma y las culturas antiguas antes de
la separación. A mí no me molesta que me confundan con chinos o taiwanés,
inclusive japonés o coreano.
2. A
los 11 años llegaste a Argentina. ¿qué recordas de tu país natal?
Sobre todo son recuerdos de la infancia, tenía
muchos familiares, los tíos, los primos, siempre éramos muchos, especialmente
cuando nos reunimos para las fiestas, los juegos, las costumbres y las comidas.
Recuerdo que Taiwán era chiquito y repleto, de gentes y de negocios, y ese aire
húmedo propio de una isla.
3. ¿Cuándo
decidiste que querías actuar? ¿es verdad que tus padres se negaban a que fueras
actor y por ello estudiaste diseño grafico?
Quise actuar desde que nací, supongo que era por
eso insistí una y otra vez involucrarme en actividades de actuación a pesar de
no tener el ok de mis padres. A mi padre le hubiera gustado que yo fuera
cualquier cosa menos actor. Elegí estudiar diseño gráfico porque el diseño no
me disgustaba, pero tampoco me apasionaba. Por ende era un diseñador mediocre,
y aspirante a la actuación sin futuro. Yo era la vergüenza de la familia hasta
que hice Un cuento chino. De allí pasé no solo a ser el orgullo de la familia,
sino de la comunidad entera. Qué ridícula que es la vida.
4. En
2002 empezaste a estudiar teatro con Norman Briski y ya en 2003 debutas en el
teatro de la mano de Diego Rodríguez en CHARLA, contanos como fue esa primer
experiencia.
Norman fue mi primer maestro de teatro, yo
participaba en las clases pero sin muchas aspiraciones, en el fondo no creía
que algún día iba a estar actuando sobre una tabla. Tenía muchísima cosas que
superar y la primera de todas es el prejuicio sobre mi mismo. Norman me ayudó a
descubrir muchas cosas, él decía que yo tengo una inocencia cuando estoy en la
escena, y eso no se encuentra en muchos actores. Creo que fue allí es donde
empecé a valorarme. Fue en esa época donde descubrí la página Alternativa
teatral. Para mi sorpresa había un aviso que buscaba actor oriental,
centroamericano o africano. Contesté la convocatoria, fui al ensayo y el grupo
de persona fue fantástico, en unos meses estaba actuando en Charla en mano de
Diego Rodríguez. Mi primer personaje fue un joven sumergido en una sala virtual
de chat junto a otros 9 actores, y mantenía un cyber sexo con la actriz Armenia
Martínez. La maravillosa experiencia de Charla fue la razón por la que seguí
haciendo teatro uno tras otro.
5. Luego
actuaste en varias obras más como Elma Mut en la bañera, Monstruos humanos, La quinta trompeta y Soy Sonia
Naumann, ¿qué recordas de cada una de ella?
Después de Charla solo contesté 3 audiciones más
(Elma Mut en la bañera de A. Félix Alberto, Monstruos humanos de Gianna Prado y
La quinta trompeta de Leandro Airaldo), todas las obras que siguieron vinieron solas.
Fui encontrando mucha felicidad en los procesos creativos, a veces con grupos
grandes y otras veces con gente reducido. Lo hermoso de ese procedimiento es
cada vez que uno está en una obra, empieza a pertenecer a un grupo, es como de
pronto uno tiene una familia instantánea, se vive cosas muy lindas otras veces
no tanto. Pero cuando uno sube al escenario donde tus compañeros son los únicos
a quienes podes confiar, ese momento es sublime. Y cuando concluye una obra,
uno puede volver a incorporarse en otro grupo y nuevamente una familia
instantánea nueva y así hasta las veces que uno quiera. Sería muy extenso si me
pongo a hablar de cada obra en la que hice, lo que sí podría decir es que cada experiencia
uno se lleva un montón de buena gente en el baúl, y esto sólo me da el teatro.
6. Ya
en 2006 diste el salto a la televisión, donde trabajaste en la exitosa serie de
Damián Szifron, “hermanos y detectives”. ¿qué
recordas de Kamiho?
Me encanta esa serie, y me encanta trabajar en
ella. El género de policial me apasiona, más cuando uno sabe que hay un súper
guión, un súper director y una súper producción. Lo único que lamento es que sólo fueron 10
capítulos. Obviamente hay un montón de factores donde uno desconoce sobre las
causas de su prematura final. Kamiho era un personaje que apareció de la nada a
partir del capítulo 6, hasta hoy sigo preguntando a quién se le ocurrió la
creación de ese personaje y qué futuro lo reparaba. Es gracioso ver que en la
página oficial de Hermanos y detectives de Wikipedia, a Kamiho lo ingresaron
como uno de los personajes fijo de la tira, no porque tenía cierta importancia
en la serie, sino porque Ignacio Huang el actor que lo hacía ahora es conocido.
7. Te
escuche decir que alguna vez te gustaría ser el detective protagonista de una
serie y no el sidekick como fuiste en esa bella serie. ¿Qué otros personajes te
gustaría hacer?
Creo que la razón por la que soy actor es porque
me permite volar, ser alguien diferente que en la vida real no es posible. Me
gusta todo tipo de desafíos de personajes, hasta los que son diametralmente
opuestos a mi persona. Cuando encaro un personaje siempre trato de pensar que
soy yo mismo pero exagerando cierto aspecto hasta el límite. Me gusta la
aventura, me gusta el acción, quizás es por eso dije que me gustaría ser un
detective, ya que son personajes que suelen encontrarse en situaciones de
acción y aventura. Algunas cosas locas que hice actuando, como asaltar un auto
a las 6 de la tarde en pleno Av. Rivadavia y Pueyrredón (Mosca y Smith),
tirarme a un riachuelo sucio sin saber cuán profundo es y solo llevando puesto
un slip rojo (Pez elefante). Cosas como éstas son anécdotas para toda la vida.
8. Damián
Szifron es un gran director al que parece que se le cerraron algunas puertas
luego de “Los Simuladores”, ¿Cómo fue trabajar con él?
Yo no tengo importantes recuerdos con Damián
porque mi personaje era pequeño, lo que yo hacía le gustaba, aunque sí puedo
confesarte que he visto actores al que Damián no le gustaba eso podría terminar
bastante feo. Con lo que pasó con Damián en Telefe, algo debería saber es que
una industria televisiva como Telefe, en realidad es como una gran familia. Los
técnicos que trabajan en ella, cualquiera fácil puede tener una antigüedad de
20 años. El mismo Telefe tiene su propio director de televisión que quizás no
son conocidos como Damián en el ámbito del cine. Y en una combinación de los técnicos
de la casa con el director afamado que viene de afuera suele generar roses. Yo
no diría que a Damián le cerraron las puertas, sino que Damián mismo puede
optar no seguir trabajando con algunas empresas. Y la verdad de las cosas solo
lo saben los implicados.
9. En
cine actuaste en El custodio, Inzomnia y
Apolonia Borgoña pero el salto se te dio con FILMATRON de Farsa
Producciones, dirigida por Pablo Pares. ¿cómo es trabajar en una película de
género independiente?
Filmatrón es mi película debut. Es la primera
vez que alguien me pone delante de una cámara. Pero la cosa era mucho más amena,
los chicos de Farsa tienen mi edad, trabajar con ellos era como estar en un
campamento de exploradores. Nos juntábamos los fines de semana y nos divertíamos
a lo loco, comíamos pebetes de jamón y queso y estaba todo más que genial. Fue
una de las experiencia más divertidas que tuve haciendo cine. Pero sobre todo
lo que la hace tan particular es el género fantástico. Todo soñamos alguna vez
ser un superhéroe, y ese sueño mío se concretó con Filmatrón. Quiero aprovechar
para mencionar al primer genial DF que conocí, Diego Echave, tuve suerte de
haberlo conocido, lo extrañamos todos y mucho.
10. Contanos
la diferencia con las producciones más comerciales como fue El Ratón Pérez 2 y
Un cuento chino.
Yo no tuve una linda experiencia con El ratón
Pérez, en ese momento yo era nadie, hacía del periodista chino. Yo recuerdo que
estaba en una época donde quería demostrar mi dote de actor, entonces actuaba
más de lo que me pedían que fuera. A tal punto que en una toma el asistente de
dirección dijo por el micrófono, que hable cualquier periodista menos el chino.
Con los años llegué a la conclusión de que a las industrias no les interesa
descubrir nuevos talentos. Si te llamaron para decir “Aquí le llegó la pizza”,
era eso y nada más, todo lo que haces demás esta demás. Pero cuando uno es
co-protagonista de una película como en Un cuento chino, hay que asumir más que
compromisos. Un cuento chino tuvo la alegría de tener apoyo de varios
productoras importantes, por ende todo era más favorable, hay un equipo enorme de
personas, cada uno trabajando en su sector específico, en ese sentido es más
fragmentado, o sea, ya uno no puede intervenir en áreas que no le competen. Mi
rol era actor, entonces sólo tenía que ocuparme de actuar bien. Yo recuerdo que
cuando hacíamos la escena del lago en china, por prevención la producción me
puso neopreno debajo del vestuario. Yo esperaba zambullirme en el agua como
pedía el guión. Pero para mi decepción, lo de agua lo hacía un personal de FX.
Y yo pregunté: “Y ese doctor que está allí todo el día, ¿Para qué?”, me
contestó la asistente amablemente: “Por la duda si te llegas a mojar”.
11. Ya
que llegamos a “Un cuento chino”, llegamos a la pregunta obvia. ¿cómo es
trabajar con Ricardo Darin? ¿Qué anécdota nos podes regalar de esa filmación?
Yo decía, ya que la vida me dio la oportunidad
de trabajar al lado del actor argentino más grande del momento, me propongo ser
una esponja y aprender todo lo que viene de él. Y las lecciones que aprendí, no
precisamente son de actuación, sino de cómo un profesional encara un trabajo.
Por ejemplo, el primer día de filmación a mí no me tocaba grabar escenas, por
lo tanto no fui al set. Al día siguiente me encontré con Ricardo, y él me decía
que le pareció raro no verme ayer en el set. Resulta que él tampoco tenía que
grabar escenas, sin embargo estuvo junto con todo los personajes del equipo.
Comprendí que cuando uno es dueño o cara de un proyecto, hay que asumirlo y eso
lo hace estando desde el primer día hasta el último. Es fabuloso trabajar con
alguien grande pero que no lo demuestra como tal. Ricardo nunca se pone el
perfil del Súper estrella, por eso fue fácil y gratificante trabajar con él.
Aparte me enseñó que lo importante de todas las grandes obras está en los
detalles. Cuando hacíamos la escena en la que él me echaba de la casa porque
rompí su amado armario. Me dijo Ricardo “Yo te sostengo el brazo y vos haces
como si yo te agarro fuerte… ves, ¡Se puede hacer escena violenta sin usar
violencia!”
12. ¿Sentís
que el personaje tuyo en “Un cuento chino”, Jun, es algo trágico a pesar de la
comicidad que lo rodea?
Mi personaje Jun en Un cuento chino es
completamente trágico. Al menos yo lo concebía así. En ningún momento me
preocupaba la comicidad, sabiendo que lo cómico está en la situación y no en el
personaje. Yo extremé la fatalidad y pena hasta lo máximo durante la grabación
de la peli. Había algo que me ayudaba, era que perdí a mi madre recientemente. Recuerdo
que yo le decía a Sebastián en la audición: “Jun perdió a su novia porque una
vaca cayó del cielo y la mató, yo perdí a mi vieja porque le hicieron un
implante de corona en los dientes y se murió”. Si hay alguien en el mundo que
entiende la fatalidad y lo ridículo que es la vida esa persona soy yo. Trasladé
mi pérdida en la película y creo que eso se vio. Nunca lloré tanto como cuando
filmaba Un cuento chino. Por ende lo divertido era que durante la filmación Sebastián
no me pedía que llorara para las escenas, sino que no llorara. Alguien dijo que
cada vez que un actor/actriz actúa, se muere un poco de él/ella dejándolo en el
escenario. Yo creo que dejé mucho en Un cuento chino.
13. En
la charla en el Fesaalp del año pasado contaste que estas produciendo y
escribiendo una obra de teatro, contanos de que se trata
Por ahora se llama “Estoy solo en una estación
final”. Un operario de estación en una estación remota de China, junto a su compañera
de guardia, una argentina que le enseña todo sobre La Argentina, un día llega a
la estación un joven músico y aparentemente viene con problemas. Es la primera
vez que soy co-autor de una obra, el proceso es lento y desconcertante, pero yo
aprendo un montón. Pienso que es momento donde tengo que expresarme como
artista directamente con mis ideas y no siempre ser actor de ideas ajenas. Para
un proyecto así, hay que tener compañeros del grupo que se banca uno a otro, con
mucha paciencia y ganas de hacer, de lo contrario sería de mucho sufrir.
14. Adelántanos
lo que puedas sobre LA SALADA, tu próximo proyecto cinematográfico.
“Balneario La Salada” es la opera prima de Juan Martín
Hsu premiada por INCAA. Empezamos el rodaje éste 12 de Noviembre. Participa
también Chang Sung Kim, Ignacio Toselli, Paloma Contrera y Mimi Ardú. Se trata
de una historia coral entre nuevos inmigrantes del Gran Buenos Aires, tiene como fondo la conocida Feria La
Salada. A mí me entusiasma mucho trabajar con un director argentino-chino como
es Juan Martín, pues en algún sentido es alguien muy parecido a mí, compartimos
muchas cosas por nuestro origen y por ser inmigrante. Hacer una película así me
hace sentir realizado, pues siento que esto es lo que debo contar como artista,
mi historia, mi sueño, mi temor, mi alegría y mi realidad.
15. Como
pregunto siempre. ¿cuáles fueron las películas que te marcaron a lo largo de tu
vida y porque?
La primera y la más importante es “El juego de
las lágrimas”. La película aparte de que hay algo de policial y acción que me
gusta. Es una de las pocas películas donde expone tan crudamente la naturaleza
humana. En la escena final donde la protagonista mata a una importante agente
de terrorista por “celo”, eso me pareció genial. Aparentemente el mundo está lleno
de causas y valores grandilocuentes, sin embargo, lo que realmente mueve a los
seres humanos son sentimientos pequeños y cotidianos, como el celo, la envidia,
el deseo y la venganza. Otras películas que me gustaron son: “Underground”,
“Primavera verano otoño invierno y otra vez primavera” y “Esposas y
concubinas”.
16. ¿Pudiste
ver algo de cine taiwanes? ¿qué películas recomendarías?
Muy pocos, y los que vi realmente no me gustaban.
Al que puedo recomendar son las películas de Tsai Ming Liang. Considero que es
alguien que tiene sello y estilo propio como cineasta.
17. Contanos
que hace Ignacio fuera del mundo de la actuación, ¿cómo es un día de tu vida?
A Ignacio fuera del mundo de actuación la verdad
no le quedan muchas otras cosas. Pues ni bien terminó la carrera de actuación
en IUNA, ahora se metió a estudiar cine en la UBA. A decir la verdad, no hay
cosas que me divierte más que estar actuando, sea teatro, cine o tele. Los días
que no tengo compromisos de actuación, trabajo en un instituto haciendo cosas
de diseño gráfico. No soy muy sociable, y detesto ir a las fiestas de
cumpleaños. No estoy en pareja, por ende ahorro un montón de “compromisos
conyugales”. No voy a los boliches, la única razón por la que salgo de noche es
ir a ver una obra de teatro. Pues considero que el mejor lugar donde uno puede
estar es en la comodidad de su casa. Soy feliz en mi casa, tengo un jardín
donde paso horas arreglando las plantas. Me gusta recibir a mis familiares los
fines de semanas, especialmente a Maxi mi sobrino de 4 años. Y solemos
planificar con mi hermana para algunas fiestas cocinar una mesa de comida
típica china.
18. Trabajaste
con Pablo Pares, Damián Szifron y Sebastián Borensztein, ¿qué aprendiste de
cada uno?
A Pablo lo conocí en el inicio de mi carrera, yo
era un principiante, y él era muy generoso conmigo. Pablo es un cineasta que
prácticamente tenía la película entera en su cabeza, las tomas nunca fueron
largas, casi diría que eran fragmentarias, sin embargo eso garantizó un
dinamismo en Filmatrón. Con Pablo siempre dijimos que volveríamos a hacer otra
peli juntos, y espero que así sea.
A Damián sí le gustan escenas largas y con 500
cambios de cámaras. Recuerdo el trabajo casi fastidioso del episodio del
Asesinato en un teatro. En un escenario mínimo de 5 por 2 metros, con 8 actores
cada uno con sus planos y parlamento, más la cámara con riel y un espejo en
medio del decorado que sirve como ventana para otro plano. Todos esos en un
plano de secuencia que duró como 10 o 15 minutos. ¿Cómo lo hace? Damián lo
hace. Ah, ese día los técnicos le hicieron la huelga.
Con Seba la experiencia fue completamente
diferente. La diferencia también lo marcaba porque fui el co-protagonista del film.
En Un cuento chino no es acción como en caso de Filmatrón o La situación como
Hermanos y Detectives. Es la actuación y el mundo interior de los personajes,
casi todas las escenas estaban teñidas de cierta emotividad. Recuerdo que en
una escena donde Jun debería sacar una foto de su novia fallecida, el guión
dice Jun mira la foto y llora. Yo estaba sentado en la cama, con la foto de una
actriz que la conocí 2 días, por más que me concentraba no sabía de dónde sacar
el impulso para llorar. Seba hizo callar a todo el set, hablaba por cucaracha
con el camarógrafo que siguió grabando y haciendo un ligero vaivén sobre el
riel, siguió grabando en silencio y me esperó. Y finalmente pude hacer la
escena.
19. Hace
poco te vi en el videoclip que hace de primer capítulo de la obra teatral LOS
MUROS de Laura Casabe y Lisandro Bera. ¿Pudiste ver la obra? ¿cómo llegaste a
ese papel?
No pude ver la obra, yo estaba grabando los
últimos capítulos de “Mi viejo verde” era momento intensivo como todo los
últimos capítulos. Laura fue co-autora de Filmatrón así que ya nos conocíamos
desde antes. Más que un papel, yo diría que es como un “Special featuring”, me
preguntaron si podía hacer de un periodista y leer un par de noticias en chino
filmado, yo dije por qué no, son mis amigos, y claro que los apoyo en sus
proyectos.
20. Para
terminar contanos cuáles son tus futuros proyectos.
En tele muy pronto estará en el aire “Mi viejo
verde”, es un nuevo unitario de Telefe, una comedia barrial junto con Betiana
Blum, Osvaldo Santoro, Soledad Fandiño, Martín Piroyanski, Maxi Ghione y Oscar
Alegre. Me divertí muchísimo haciéndolo y supongo que debe ser lo mismo para el
público.
En el cine, Aparte del ya mencionado próximo
rodaje de “Balneario La Salada”. El 1 de noviembre se estrena “Longchamps” de
Andrés Andreani en Centro Cultural de la Cooperativa. Este film nació con
premisas experimentales. Éramos 25 actores divididos en grupos de 4 o 5 en
diferente espacio de una casa grande, debíamos improvisar con algunas
indicaciones del director, y se filmó simultáneamente con 6 cámaras durante 3
horas aproximadamente.
En el teatro, espero estrenar para mediados de
2013 “Estoy en una estación final”. También están previstos ensayos de la obra
del autor-director mexicano Ramiro Torres de Miguel “Aeropuerto Narita” junto
con Ernesto Claudio. Es una historia de familia igualitaria. La obra ya fue
estrenada con éxito en México y Japón con actores de respectivos
nacionalidades. Aparte también estoy comprometido con una obra de José Cáceres
y otra con Alfredo Rosembaum. Así que tengo teatros para hacer por lo menos
hasta el año 2014.
Desde ya muchísimas gracias por responder.